Tinder, un asesinato y el robo de 8 millones en criptodivisas
Chica conoce a chico en Tinder y comienzan una relación sentimental. Él le hace una oferta económica relacionada con la inversión y ella, una rica heredera, la acepta. La historia termina con el robo de 8 millones de dólares en criptodivisas y es un ejemplo de una práctica cada vez más habitual: las estafas ‘románticas’ que utilizan las altas rentabilidades de estos activos financieros como gancho.
La historia tuvo lugar en Texas, EEUU, en 2021 y la protagoniza Divya Gadasalli, una joven de 25 años que recibió parte de su herencia -esos 8 millones de dólares que finalmente fueron robados- tras el asesinato de su padre. La propia chica reconoce que ha sido víctima de una práctica cada vez más creciente, un criptofraude conocido como “el sacrificio de los cerdos” porque, antes de vaciar las cuentas de las víctimas, los estafadores las van engordando poco a poco.
En su caso, entabló una relación romántica con un chico supuestamente llamado Bulasa, que poco después de conocerla comenzó a jactarse del éxito que había cosechado al invertir en criptodivisas y le aconsejó que ella también debería hacerlo aunque, eso sí, a través de él. Así comenzó una estafa que sólo fue descubierta cuando ella ya no pudo sacar dinero de sus cuentas.
Tras leer sobre otras estafas con criptodivisas, Gadasalli decidió acudir a la policía y al FBI. El estafador, del que prácticamente no tienen ningún dato, ha desaparecido y ahora ella se ve envuelta en una auténtica batalla legal, tras presentar una demanda contra él y otras dos personas que podrían ser parte del esquema, pero también contra los bancos que hicieron algunas de las transferencias y las plataformas de inversión utilizadas, una de ellas Binance, según señala Bloomberg, el medio que recoge toda la historia.
También sucede en España
Aunque este rocambolesco relato puede parecer lejano o propio de una serie de alguna plataforma -como la conocida ‘El timador de Tinder’, de Netflix- lo cierto es que también sucede en nuestro país. Hace unos días la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) alertaba de varios fraudes en aplicaciones de citas, como la propia Tinder, ligados a ficticias inversiones en criptomonedas.
Según explicaba la organización, los estafadores se valen de vulnerabilidades en este tipo de apps con el fin de geolocalizarse en poblaciones cercanas a la víctima y contactarla utilizando falsos perfiles de personas con un alto atractivo físico o una acomodada posición social, habitualmente extranjeros o con doble nacionalidad.
Una vez hecho el match -como se conoce al primer contacto entre dos personas en Tinder- el estafador, o estafadora, suele recurrir a otros sistemas de mensajería, a través de los cuales despliega un falso pero insistente interés amoroso. Sin embargo, rara vez habrá un encuentro en persona y la relación sólo se desarrollará a través de Internet.
Las criptodivisas, el gancho de moda
Los estafadores, por tanto, se valen de la cuestión sentimental y le suman las altas rentabilidades que en el pasado han obtenido activos como bitcoin o ethereum para terminar de persuadir a sus víctimas. En una jornada organizada por la Asociación Española Fintech e Insurtech (AEFI) sobre buenas praxis en el sector, el presidente de la CNMV, Rodrigo Buenaventura, señalaba que “gran parte de estas actividades de auténtica piratería se centran en las criptodivisas porque es el activo “gancho”, de moda”.
Aunque quiso dejar claro que criptodivisas y estafas o fraude financiero «ni son sinónimos ni deben ser asociados como conceptos”, sí señaló que “gran parte de los presuntos delincuentes y responsables del fraude financiero actual, se están aprovechando de estas monedas como fórmula para vender sus engaños. Es un caso clásico, ya que, en cada época histórica, los timos y las estafas piramidales han usado el activo de moda como reclamo, pues es el que experimenta subidas de precio más llamativas”.